Costa Tropical | Motril
Bañarte en las múltiples playas y pequeñas calas de la Costa Tropical, situada en el extremo meridional de la provincia. Los 320 días de sol al año, la temperatura media de 20 grados y los 8 kilómetros de litoral dan muchas oportunidades. Almuñécar, Motril, Salobreña y otros pueblos esperan al viajero, no sólo con sus playas. También gastronomía marinera, deportes como el golf o una tradición cultural milenaria se unen para que no nos podamos perder esta costa. Destacan los restos históricos de la industria romana de salazón, el acueducto romano sobre el valle del Jete y numerosas atalayas y torres de vigilancia que bordean la costa, así como pequeñas fortalezas. Mucho más que playa.
Monedas y distintos restos arqueológicos encontrados en la ciudad atestiguan que la zona fue habitada al menos desde la Edad de Bronce y después ocupada por púnicos y romanos. Durante la Edad Media, Motril era una alquería que pertenecía al emir granadino y dependía de Salobreña. Era conocida según algunos autores por el nombre de Moctril, y según otros por el de Metrel.
Al igual que los restantes lugares de la costa, Motril se rindió a los cristianos en 1489, y sufrió la casi total despoblación de la zona. En el año 1510 Juana la Loca exime de pagar impuestos a los motrileños y reparte sus tierras entre 500 cristianos viejos. A partir de ahí su importancia fue aumentando, llegando incluso a superar el antiguo predominio de sus vecinas poblaciones Almuñécar y Salobreña.
Esa prosperidad se debió en gran parte a que los repobladores cristianos, ante el temor de las invasiones por parte de la piratería berberisca, abandonaron el litoral y se adentraron en la vertiente montañosa creando un sistema de secano cerealista. Desaparecido el castigo de los piratas, llega la colonización de la vega litoral motrileña, la más extensa de toda la costa granadina. Y así continuó el rápido crecimiento de la localidad que a mediados del siglo XIX llegó a superar los 12.000 habitantes, convirtiéndose en la capital comercial y económica de la zona, alcanzando su máximo esplendor con el desarrollo de la caña de azúcar y la industria de transformación de este cultivo.
Hoy es una ciudad moderna de unos 60.000 habitantes que vive en constante desarrollo gracias a su puerto comercial y al cultivo de frutos tropicales, con una importante actividad agrícola, industrial y turística, y un interesante patrimonio artístico.
Motril es el segundo mayor núcleo de población de la provincia de Granada, siendo la puerta al mar más cercana de Granada y Jaén, así como centro de comunicaciones del litoral con el interior.
La principal atracción turística de Motril es una combinación de su patrimonio y sus excelentes playas. Esta localidad disfruta de un microclima tropical en pleno mar Mediterráneo gracias a su situación. Localizada en la vertiente meridional de una serie de sierras penibéticas –las de Almijara, Lújar y Sierra Nevada– está protegida por éstas de los vientos fríos del norte. Cuando llega el verano, caluroso, marino y alegre, llega también el bullicio. Miles de personas se acercan a bañarse en sus numerosas playas. Las hay familiares, escondidas, animadas, paradisíacas, nudistas…
Tiene Motril muchos lugares de interés artístico e histórico. Destaca la construcción más antigua que se conoce en esta localidad: la Iglesia Mayor de la Encarnación que fue erigida en 1502 por el cardenal Mendoza. Junto a la misma se encuentra el Ayuntamiento, que ocupa un edificio construido en 1631. Pasando por la calle de la Puerta de Granada, antiguo acceso a la muralla, y cruzando la Ramblas del Manjón, llegamos al antiguo arrabal morisco. Calles con una gran tradición en las que aún quedan palacios del siglo XVII o edificios de arquitectura morisca. Otros lugares de interés artístico son el Castillo de Carchuna, la Casa de Palma, que acoge el Museo Preindustrial de la Caña de Azúcar, la Ermita de San Antonio, la Iglesia Nuestra Señora de la Cabeza, patrona de Motril, y el Teatro Calderón.
El municipio cuenta además con el campo de golf Los Moriscos, de 18 hoyos, situado en Playa Granada y un puerto deportivo. El puerto comercial de Motril está en plena expansión y en él recalan cada vez más cruceros turísticos que lo utilizan como base para viajes y excursiones por la provincia de Granada. El puerto cuenta también con una zona de amarres para embarcaciones deportivas.
Son también poblaciones de este municipio Calahonda, Carchuna y Torrenueva, que en los últimos años se han convertido en importantes zonas turísticas. Antes eran pequeñas aldeas de pescadores.
En el centro histórico se pueden visitar muchos lugares de interés: el Santuario de la Virgen de la Cabeza (patrona de Motril y desde donde se disfruta de una panorámica de la vega y el Mar Mediterráneo), el Parque de los Pueblos de América (con´más de 50 especies de árboles del continente americano y un monumento en representación de los continentes americano y europeo), la Iglesia Mayor de la Encarnación, el Teatro Calderón de la Barca, la Casa de la Condesa de Torre Isabel, la Casa de la Palma donde encontraremos el Museo Preindustrial del Azúcar (se puede conocer el proceso de fabricación y comercialización que se hacía del producto entre los siglos XIII a XVIII), el Ayuntamiento o diferentes iglesias como la de la Victoria, la del Carmen o la de Capuchinos.
Las aguas del río Guadalfeo y las suaves temperaturas durante todo el año han contribuido a que la Hoya de Motril se haya convertido en un auténtico vergel, consiguiendo desarrollar una economía basada en la agricultura.
Aunque durante siglos ha sido el cultivo de la caña de azúcar el que ha monopolizado casi absolutamente las tierras del término, hoy en día por la vega motrileña se extienden cultivos propios de invernadero (con patatas, judías, pimientos, tomates); de secano (cereales y almendros); y, especialmente, de frutas tropicales, como la chirimoya, el aguacate y el mango. De ahí que en la mesa motrileña se puedan degustar exquisitos platos preparados con jugosas hortalizas.
Además, Motril es el principal puerto pesquero de Granada y el encargado de surtir de excelentes pescados frescos todas las cocinas de la provincia. Exquisitas resultan cocidas o con un ligero golpe de plancha las quisquillas, las gambas blancas y las cigalas de su costa. Al horno o cocinadas a la sal las doradas, lubinas, pargos, sargos y otros pescados de roca. Dos de sus especialidades, presentes en casi todos los bares y restaurantes de Motril, son el pulpo seco y la moraga de sardinas.
La torta real es el dulce más representativo de su gastronomía, que bien puede ser acompañado con un sorbito del ron de caña que elabora artesanalmente la bodega de Francisco Montero, de una calidad sorprendente dadas las latitudes tan alejadas del Caribe.
Impregnado con el recuerdo de la historia de la caña de azúcar, el patrimonio monumental de Motril aúna los aires árabes y cristianos en cada una de sus insignias. Con la Virgen de la Cabeza vigilante desde lo más alto del cerro donde descansa y el Cardenal Belluga dando la bienvenida en la Iglesia Mayor de la Encarnación, el patrimonio monumental religioso se abraza a los restos de lo que fue para Motril su seña de identidad: las chimeneas e ingenios de las fábricas de azúcar.
El Museo Preindustrial del Azúcar, que incluye recreaciones tecnológicas y material arqueológico, se ubica sobre los restos del Ingenio de la Palma, del siglo XVI, es el único establecimiento azucarero de la España preindustrial parcialmente conservado. Sin olvidar, entre otros, el Museo de Historia, el Centro de Arte Hernández Quero, el Teatro Calderón de Barca, la Casa de la Condesa de Torre-Isabel, la Bodega de Ron Montero y el Centro Geominero. El imaginero de la Semana Santa motrileña es una muestra más de la inmensa variedad patrimonial de Motril.